ARMAS


01- ESPADAS Y DAGAS

Casi todas las espadas y dagas romanas eran de doble filo, y podían ser utilizadas tanto para cortar como para ensartar.

Pugio: El pugio era una pequeña daga utilizada por los antiguos soldados romanos posiblemente como un arma auxiliar. Al igual que otros equipamientos de los legionarios, la daga sufrió una serie de cambios a lo largo del siglo I. Generalmente tenía una hoja larga y en forma de hoja, de entre 18 y 28 centímetros de largo y 5 centímetros o más de ancho. Poseía un nervio central que dotaba a la hoja de resistencia y firmeza. 

Resultaba un arma ideal para apuñalar, pudiendo con una buena acometida perforar una cota de mallaMás adelante, alrededor del año 50, se modificó la unión entre la hoja y la empuñadura, que en un principio iba remachada para luego ir encajada a través de una barra insertada en la daga. Con este cambio, que no supuso en principio una gran modificación de la apariencia del pugio, se posibilitó que los filos de modelos posteriores fuesen más estrechos (de menos de 3,5 cm de ancho), con un mayor ahorro de material.

Gladius: El término gladius fue el nombre romano utilizado generalmente para designar a la espada. En la época de la República también hacía referencia, al igual que hoy en día, a un tipo específico de espada corta utilizada por los legionarios del siglo III a. C. de unos 60 centímetros de largo.

Se llegaron a utilizar diversos diseños. Entre los coleccionistas y los recreacionistas se manejan principalmente tres tipos primarios, conocidos como el gladius Mainz, el Fulham y el Pompeii (los nombres hacen referencia al lugar en el que se encontró el ejemplar original). Excavaciones arqueológicas más recientes han descubierto otra versión, más reciente que las anteriores, denominada gladius hispaniensis.

El gladius era preferentemente un arma de apuñalamiento, arma rápida y usada a corta distancia. El soldado romano buscaba acercarse al enemigo, y aprovechaba el momento en que éste trataba de golpearle, o lo hacía inútilmente contra el escudo o la armadura, para lanzarle una veloz estocada para matarle.

Spatha: El término spatha hacía referencia, en latín vulgar, a cualquier tipo de espada, hasta el punto de que el término castellano espada procede directamente del latín spatha. Sin embargo, era más habitual utilizar el término para referirse a un tipo de espada más larga que el gladius, característica de mediados y finales del Imperio. En el siglo I la caballería romana comenzó a utilizar estas espadas más largas, y en el siglo II la infantería comenzó también a cambiar el arma. La mayoría pasaron a usar lanzas, pero algunos también usaban espadas más largas. 

Al contrario que el gladius, la spatha permitía mantener la distancia frente al enemigo y era más adecuada para atacar con el filo en lugar de con la punta

Otros tipos de armas de filo: En el siglo I la caballería sármata comenzó a utilizar un tipo de espada corta y de hoja estrecha con unos distintivos anillos en la empuñadura. En el siglo II los soldados romanos copiaron este diseño.


02- LANZAS, JABALINAS Y ARMAS ARROJADIZAS

Hasta: Hasta (en plural hastae) es la palabra latina para hacer referencia a la lanza utilizada para ensartar. Los primeros legionarios estaban equipados con hastae, y era esta arma la que daba el nombre a los soldados conocidos como Hastati. Sin embargo, durante los tiempos de la república, los hastati fueron reequipados con pila y gladii y sólo los Triarii continuaron usando esta lanza. Un hasta era de alrededor de seis pies de largo con una punta de hierro.

Contus: Un contus podía ser una pica de infantería o una lanza de caballería. Eran armas muy largas y pesadas, diseñadas para ser usadas con ambas manos. La infantería romana no usaba normalmente este tipo de arma, pero algunos de sus oponentes sí. A partir del siglo II, sin embargo, algunas unidades de caballería romana utilizaron este tipo de lanza como arma principal.

Aunque los romanos solían utilizar la palabra pila para referirse a todas las lanzas arrojadizas, el término pilum también se refiere de forma específica a la lanza arrojadiza pesada utilizada por las legiones romanas. Existían, sin embargo, jabalinas más cortas y ligeras, como las utilizadas por los vélites en las legiones tempranas. Recibían el nombre específico de verutum.

Verutum: jabalina corta utilizada por los vélites para labores de hostigamiento, en lugar del pilum más pesado que usaban los hastati y los principes para hacer daño al enemigo antes de enfrentarse en combate cuerpo a cuerpo. La longitud del verutum era de unos 1,1 metros de largo, mucho más corto que los 2 metros del pilum. Su punta medía alrededor de 13 centímetros de largo, y podía ser completamente de hierro o simplemente estar revestida de metal. Los vélites solían acarrear siete verutum por persona al combate.

Pilum: El pilum (en plural, pila) era una jabalina pesada utilizada habitualmente por el ejército romano. El pilum pesado era un asta de madera a la que se le unía una vara metálica por medio de un remache, medía unos 120 cm, 60 la vara metálica. Pesaba normalmente entre 2 y 4 kilogramos, siendo las versiones producidas durante el Imperio un poco más ligeras que las de la república. La punta era pequeña y de forma piramidal, con el impacto perforaba con facilidad un escudo de madera, al ser la vara metálica más delgada que la punta se deslizaba por el agujero hecho por la punta con facilidad, alcanzando a menudo a quien se protegía con el escudo.

El pilum estaba diseñado para que la punta metálica se doblara en el impacto, dejando inmanejable el escudo y evitando que el pilum pudiera ser utilizado de vuelta contra las tropas romanas. Los romanos también usaron además del remache para este efecto el destemplado de la vara metálica. Además, servía para repararlos fácilmente después de cada batalla.

Una vez que el enemigo estaba al alcance, los legionarios lanzaban una lluvia de pila sobre ellos, causando un gran daño antes de que la batalla cuerpo a cuerpo tuviera lugar.

Spiculum: El spiculum era una lanza utilizada en la época tardía del Imperio romano y que sustituyó al pilum alrededor del año 250 d. C. como principal arma arrojadiza de la infantería.

Arcos y flechas: Un sagittarius estaba equipado con un arcus, y lanzaban flechas (sagitta) de madera y con punta metálica. El arma normal de los arqueros romanos era el arco compuesto clásico,hecho de cuerno, madera y tendón.

Dardos: Se denominaban plumbatae o mattiobarbuli a un tipo de dardos lastrados con plomo que llevaba la infantería romana.


03- ARMADURA
Lorica segmentata: La lorica segmentata era un tipo de armadura utilizada principalmente durante el imperio romano. El nombre latino, sin embargo, data del siglo XVI (se desconoce el nombre que se le daba en la antigüedad).

La armadura consistía en una serie de bandas de hierro o acero atadas a tiras de cuero internas. Las bandas se colocaban de forma horizontal al torso del soldado, sobreponiéndose las unas a las otras en sentido descendente, y rodeaban el cuerpo del soldado en dos mitades laterales que quedaban atadas en la parte frontal y trasera. La parte superior del cuerpo y los hombros quedaban protegidos por tiras adicionales para los hombros y placas para la protección del pecho.

La forma de la armadura permitía que fuese almacenada de forma muy compacta, puesto que era posible separarla en cuatro secciones. Durante la época en que fue usada recibió también varias modificaciones, siendo los tipos más reconocidos el Kalkriese (c. 20 a. C. a 50 d. C.), el Corbridge (c. 40 a 120), y el Newstead (c. 120 a 250).

Hasta dónde se tiene conocimiento, sólo los legionarios (infantería pesada de las legiones romanas) y los soldados de la Guardia Pretoriana utilizaban la lorica segmentata. Las tropas auxiliares solían utilizar la lorica hamata, que era de cota de malla, o la lorica squamata (armadura de escamas).

Lorica hamata: La lorica hamata es un tipo de armadura de cota de malla utilizada durante la república romana en sus últimos años, así como el tipo estándar de armadura para las tropas de apoyo o auxiliares. Solían estar fabricadas con bronce o hierro. Alternaba filas de anillos verticales y horizontales entrelazados entre sí y que resultaban en una armadura muy flexible y resistente. Cada anillo tenía un diámetro interno de unos 5 mm y uno externo de unos 7.

Los hombros de la lorica hamata estaban protegidos mediante unas coberturas similares a los linothorax griegos que abarcaban desde la mitad de la espalda a la parte frontal del torso, y conectadas con enganches de metal similares a garfios. Una lorica hamata podía estar compuesta por varios miles de anillos de metal.

La tecnología para la fabricación de este tipo de cota de malla es posible que hubiese sido adquirida de los pueblos celtas. Había varias versiones de este tipo de armadura que se especializaban en función del tipo de tropa y sus actividades. Así, podía haber diferentes clases de armadura para los exploradores, la caballería o los lanceros.

Aunque este tipo de armaduras implicaban un gran esfuerzo de mano de obra para su fabricación, se cree que con un buen mantenimiento podían ser usadas de forma continuada durante décadas. Sin embargo, los ensayos modernos han demostrado que este tipo de armadura suponía una protección muy débil frente a los ataques con flechas.

Lorica squamata: La lorica squamata es un tipo de armadura de escamas utilizada durante la república y en periodos posteriores. Estaba formada por pequeñas escamas de metal cosidas para formar la armadura. Se suele ver en ilustraciones de portadores de estandartes, músicos, centuriones, tropas de caballería e incluso en imágenes de infantería auxiliar, aunque también podían portarlas los legionarios regulares. Este tipo de armadura tenía la misma forma que la lorica hamata, con la misma longitud y las coberturas de los hombros.

Las escamas individuales podían ser de hierro o de bronce, e incluso podían alternarse los metales en la misma armadura. Podían recibir también algún baño que les protegiese de la oxidación (nos ha llegado un fragmento de armadura con escamas de bronce con baños de metal).

El metal no solía ser muy grueso: posiblemente entre 0,5 y 0,8 mm. Sin embargo, y dado que las escamas se sobreponían unas a otras en todas direcciones, las múltiples capas daban una buena protección al soldado que la portaba. El tamaño de las escamas variaba entre 6 mm de ancho y 1,2 cm de alto hasta unos 5 cm de ancho por 8 cm de alto, estando los tamaños más comunes alrededor de 1,25 por 2,5 cm. 

Todas las escamas de la misma armadura solían ser del mismo tamaño, aunque las escamas de distintas armaduras podían variar de forma muy significativa. Muchas tenían la parte inferior redondeada, mientras que otras terminaban en punta o tenían la parte inferior plana con cortes en las esquinas.

Las escamas se ataban con alambres en filas horizontales, siendo estos a su vez cosidos o atados al forro interior. Cada escama podía tener entre 4 y 12 agujeros: dos o más a cada lado para coserlo al siguiente de la fila, uno o dos en la parte superior para atarlos al forro y a veces uno o dos en la parte inferior para asegurar las escamas en la siguiente fila.
Es posible que la armadura pudiese abrirse bien en la parte de la espalda o en un lateral, para que fuese más fácil de poner. La abertura quedaba cerrada con nudos.

Se ha escrito mucho de la presunta vulnerabilidad de este tipo de armaduras con un ataque ascendente, aunque es posible que se trate de un punto de vista algo exagerado.
No se han encontrado ejemplos de lorica squamata completos, si bien hay varios descubrimientos arqueológicos de algunos fragmentos, y es muy común encontrar escamas sueltas en las excavaciones, incluso en contextos no militares.

Otras armaduras: La infantería ligera, especialmente a comienzos de la república, luchaba sin armadura. Si llevaban alguna sobre su túnica posiblemente habría consistido en algún peto de cuero duro. Esto se hacía tanto para permitir a estas tropas un movimiento más rápido como por cuestiones meramente económicas. Durante gran parte del periodo republicano, la armadura dependía del tipo que el soldado pudiera pagarse. Y las primeras filas usaban una placa de metal, generalmente de bronce, que les cubría el corazón y parte del pecho, sujeta con tiras de cuero. 

Aquellos con más poder adquisitivo usaban la cota de malla. Y los más ricos, caras corazas anatómicas de bronce, al estilo griego. Con el paso de los años, estas corazas anatómicas siguieron en uso por los oficiales de alto rango.


04- ESCUDOS

Scutum: era el término en latín para referirse al escudo, aunque en tiempos más modernos ha derivado a un término para hacer referencia al escudo estándar y con forma semi-cilíndrica que llevaban los legionarios romanos. El escudo curvo de la época de la República era ovalado. Más adelante el escudo fue evolucionando a una forma rectangular a comienzos del Imperio.

Los scuta (en plural) rectangulares, que a veces eran convexos y a veces planos, eran construidos principalmente a partir de tiras de madera superpuestas unas a otras y con las vetas dispuestas en direcciones opuestas, cubiertas con cuero. Esto supone que el escudo era muy resistente y, a la vez, lo suficientemente ligero (de entre 5,5 y 7,5 kg) como para ser transportado a lo largo de muy largas distancias.

Su forma curva le permitía encajar bien los golpes más fuertes, mientras que los laterales protegían mejor al soldado. Las flechas y golpes enemigos podían desviarse sin llegar a golpear con toda su fuerza al legionario.

Por otra parte, el revestimiento central del escudo (denominado umbo) estaba construido, bien de una aleación de cobre o bien de una de hierro. Se utilizaba de forma ofensiva, siendo lo suficientemente pesado y denso como para aturdir o desplazar a un oponente, lo cual facilitaba al legionario el siguiente ataque con su gladius. Los legionarios solían avanzar de forma alterna con el scutum para luego, con el scutum ligeramente alzado para bloquear al oponente, atacar con el gladius. Los bordes del escudo también se forraban de metal para mayor protección, pudiendo también ser usados de forma ofensiva.

La forma del scutum permitía las formaciones compactas de legionarios. Mediante este sistema, se superponían los escudos de forma que diesen una mayor protección contra las armas arrojadizas. De estas posibles formaciones, la más famosa es la formación en testudo, en la que los legionarios colocaban los escudos de frente y hacia arriba, consiguiendo protección también frente a proyectiles lanzados en tiro parabólico o desde lo alto (como por ejemplo flechas, u objetos lanzados por los defensores desde lo alto de las murallas).

Parma: Parma era el tipo de escudos ovalados utilizados por el ejército romano durante el periodo tardío de la época imperial. Era usado principalmente por la infantería y caballería auxiliar, mientras que los legionarios de épocas anteriores preferían el scutum más pesado pero de mayor protección.

Cetratus: El cetratus era un escudo ligero, utilizado por las tropas auxiliares de ejército. Era ovalado y poseía características similares al scutum, la plancha metalica que recubría la tela y el cuero, podía ser de cobre o de hierro, este era usado sobre todo por la infantería. El clipeus era un escudo semejante, la diferencia respecto a este es que lo usaba la caballería auxiliar.


05- CASCO
Los cascos romanos, conocidos como galea o cassis variaban enormemente en cuanto a su forma. Uno de los primeros en utilizarse fue el casco de Montefortino, utilizado por los ejércitos de la República hasta el siglo I a. C. Éste fue reemplazado directamente por el casco Coolus y, más tarde, por el típico casco Imperial.

El casco montefortino era una copia de bronce barata y fácil de fabricar en masa del casco galo de hierro. Tenía carrilleras que protegían la cara y un pequeño saliente en la parte de atrás, para desviar golpes de la nuca. Era lo bastante abierto, sin embargo, para permitir al legionario ver u oír sin problemas. A partir de entonces, el modelo fue evolucionando durante el Imperio, en diseños de hierro cada vez más fuertes y con mayores protecciones, pero respetando la línea original.

Sin embargo, durante el comienzo de la decadencia en el siglo III, se comenzaron a ver modelos más cerrados, que protegían más, pero limitaban la visión y audición del soldado, necesarias para ejecutar las órdenes. Lo que tal vez refleja una pérdida de la disciplina y entrenamiento necesarios para ejecutar los movimientos en combate, ordenados por los instrumentos musicales, o una simplificación o empobrecimiento de las mismas.

Las constantes crisis económicas obligaron a introducir un modelo diferente, hecho en dos piezas unidas por un refuerzo o cresta metálica. Se hizo habitual como muy tarde en el siglo IV, siendo más económico y rompiendo definitivamente con la tradición del montefortino.
Todos los modelos iban acolchados por dentro, y tenían una correa que pasaba a través de una anilla sujeta a la aleta posterior, y llegaba hasta las aletas laterales donde se ataban bajo la barbilla. 

A finales del siglo I d.C. comienzan a aparecen algunos cascos con dos refuerzos de acero en forma de cruz como medida de protección contra las armas de los dácios (uno de lado a lado y otro de delate a atrás), este añadido en los primeros modelos es de manufactura tosca, pero posteriormente forma parte de la fabricación original.

Los centuriones llevaban en sus cascos unas crestas transversales (de oreja a oreja), sin embargo, no esta claro que los legionarios llevasen crestas, salvo tal vez en ocasiones especiales.

Montefortino: Es el modelo más antiguo, y su nombre se debe a la ciudad Italiana donde fue encontrado el primero.
 Se utilizaron desde el siglo IV a.C. hasta el I d.C. fue el modelo usado por los ejércitos consulares de la república, aunque lo más probable es que una vez introducido otros modelos más modernos, estos sólo los utilizaran las tropas auxiliares.


Tenían forma de cúpula puntiaguda y estaban realizados en bronce.
 Sin ninguna decoración eran bastantes lisos excepto por algún relieve en las carrilleras, en la parte superior llevan un soporte con forma cónica para sujetar un penacho de plumas o de crin de caballo.
 Presentan una pequeña extensión en la parte trasera para proteger el cuello, y en algunos modelos un refuerzo frontal, este es grueso y plano, o fino pero con doblez hacia abajo.
 

Como sistema de sujeción del casco existían unos pequeños pernos en las carrilleras que gracias a unos cortes en las correas de cueros permitían sujetar el casco.

Coolus: Inspirados en los casco galos, su nombre se debe al original encontrado en el distrito de Coolus en el valle del Maner. Se utilizó desde el siglo III a.C. hasta como mínimo el año 79 d.C.


Tenía forma semiesférica y estaba fabricado en bronce.
 Sin ninguna decoración eran bastantes lisos excepto por algún relieve en las carrilleras. Presentan una punta cónica en la parte superior como soporte para la cresta, y también pueden tener tubos portaplumas en los laterales.
 Tienen un refuerzo en la parte frontal a lo largo del mismo al igual que el modelo anterior y una protección del cuello algo mayor que la del Montefortino.

Gálicos-imperiales: Inspirados en los cascos usados por los galos.
 Del siglo I d.C. hasta el II d.C.
 Tenían forma semiesférica y el material puede ser de acero o latón. Decorados con "cejas" grabadas en relieve en la parte frontal, y pequeños rosetones decorativos en el casco y las carrilleras de latón.
 

Refuerzos en el frontal, en el cuello (más grande que en el anterior modelo) escalonado en relieve, y en las orejas (realizadas de latón).
 A veces tenían unos ganchos destinados a fijar la cresta en la parte frontal y trasera, y también una pieza rectangular en la parte superior con el mismo fin.

Itálicos-Imperiales: Muy parecidos a los Gálicos, pero debido a la simplicidad en la técnica de construcción y a la casi desaparición de todo elemento decorativo, según H. Russell Robinson supone que fueron construidos por herreros itálicos.
 Están en uso desde finales del siglo I d.C. hasta principios del III d.C.
 De forma semiesférica y material de acero.
 Carecen de la forma de "ceja" de los modelos Gálicos.
 

El refuerzo frontal es más delgado que el anterior modelo, y a veces esta doblado 90º para darle más consistencia.
 Varios modelos utilizan un sistema de fijación de la cresta basado en una pieza plana en forma de "Y" que se introducía en el casco en un orificio con forma de "T", en el cual se introducía y luego giraba.

06- ARTILLERÍA
De origen griego, los romanos supieron aprovechar las capacidades de estas poderosas máquinas. Y fue Julio Cesar el primer general en utilizar la artillería masivamente en campo abierto. Con cuerpos de madera, la mayoría de las máquinas se basaban en la utilización de la torsión de grandes madejas de fibras, nervios, tendones, o crines de animales como fuerza impulsora para el lanzamiento de dardos o grandes piedras.

Ballista: es una antigua arma de asedio de aspecto y mecanismo similares a los de una ballesta, pero de un tamaño mucho mayor. Utilizaba un mecanismo de torsión, en lugar de flexión, para acumular la energía potencial necesaria para lanzar los proyectiles contra el enemigo. 

Las versiones más antiguas arrojaban flechas pesadas o proyectiles de piedra de forma esférica de más de medio kilo que podían alcanzar alrededor de los 180 metros. Se disponia de una ballista por cohorte (10 por legión). Más adelante fue evolucionando hacia un tipo de arma más pequeña y ligera, el Scorpio.

Scorpio: era un arma que arrojaba flechas. Esta tenía un cuerpo metálico, si bien en un principio fue de madera y más voluminoso. El tamaño de las flechas no llegaba a los 70 cm. Su alcance máximo sería de poco mas de 350 m, pero naturalmente un disparo eficaz tuvo que ser inferior, en todo caso a corta y media distancia el proyectil sería capaz de hacer inutilizable un escudo, o de ser letal para un enemigo sin protección. Se estima que cada centuria disponía de una, lo que hace un número de 59 por legión.

Onagro: era una máquina que lanzaba piedras con una honda. Aunque era conocido desde los primeros tiempos no se extendió su uso hasta bien entrado el imperio. La razón puede ser debida a que la ballista era más eficaz a pesar de que fuese más complicada de fabricar y mantener. El onager era un arma de sitio más que un arma para el campo de batalla. Existía otro más grande, el onagri que era el doble de grande. Cuando el brazo lanzase la piedra, esta describiría una parábola parecida a la que realiza un mortero actual. Se estima que su alcance sería de unos 30 m. Disponían de tres por legión.


07- ARMAS DE ASEDIO

Aquí se incluían los arietes (para derribar puertas y romper murallas), las rampas de asalto (una rampa construida para acceder directamente a una sección de la muralla y proceder a su asalto), las escalas (escaleras para acceder a la parte superior de las murallas) y las torres de asedio (auténticas monstruosidades de hasta seis pisos, acorazadas y con ruedas. En los pisos superiores una masa de artilleros, arqueros y honderos mantenía la muralla limpia de enemigos para facilitar el acceso con escala a los legionarios). Ingenieros y zapadores (construcción de túneles y minas) colaboraban para el asalto y la destrucción de las murallas.